diario de la epidemia en 38 canciones (parte 9 normas y restricciones)


Normas y restricciones (Prince, Frankie Lymon, Cristopher Lee)


En plena expansión del Coronavirus, durante las semanas de confinamiento, los miembros del programa Radio Caroline, de radio Castelldefels, (donde colaboraba por entonces), decidimos realizar una serie de especiales describiendo mediante canciones nuestro estado de ánimo e impresiones acerca de los acontecimientos que se iban sucediendo de forma abrumadora. Semanalmente proponiamos una serie de temas que nos parecía que iban destacando como característicos de aquellos días. Revisando las notas para mis intervenciones, me parece que puestas juntas dibujan una especie de bitacora disparatada. Las traigo aquí porque, aunque como documento tienen un valor relativo, entreverado en los chascarrillos que fui improvisando, asoma un punto de inquietud que algo atina en retratar el íntimo pavor que yo sentía.


La respuesta al problema de cómo conducirse en los días de la plaga, -una vez más-, nos la ofrece la poesía. William Blake, poeta inglés del siglo 18, en sus proverbios del infierno escribe lo siguiente: Una misma ley para el buey y para el león es opresión. ¿Qué significa esto? Pues es evidente, el poeta manifiesta la existencia de seres que se elevan sobre la mediocridad general y que trazan su propio camino. Gigantes entre enanos, obligados a transigir con las vulgares normas de la civilización. El lector los habrá visto, con sus hocicos desnudos de mascarillas higiénicas, caminado orgullosos por el medio de la acera, y mirando con desdén a los cobardes. Están perfectamente retratados en aquella canción de Prince incluida en la banda sonora de Batman, Partyman. Partyman es el Joker, como dice la letra: el rey de la ciudad para el que no existen reglas ni regulaciones.


Ah la ley y el orden. Qué nos ha llevado hasta este desenfreno insumiso. Qué nos ha pasado para que ensalcemos la figura del inconformista y no la del honrado contribuyente? Qué responsabilidad directa tiene en ello décadas de pop y rock and roll? En la película de 1972 Pink Flamingos, el personaje trash encarnado por Divine describe así su ideario político: matar a todos, perdonar el asesinato en primer grado, apoyar el canibalismo, comer mierda…
Acaso no se despeña el mundo  por esa pendiente? De la propia banda sonora de Pink Flamingos: No soy un delincuente juvenil, Frankie Lymon and the teenagers. 


Se establecieron franjas horarias exclusivas para que los mayores de 70 años salieran a la calle sin peligro, pero ¿acaso se ceñían a ello? Pues no, a los hechos me remito. Las circunstancias los habían convertido en reyes de la creación.  Esos días las ciudades florecieron de entrañables ancianos. Se les pudo ver por doquier en variedad de formas y tamaños, amontonados unos sobre otros. Y está bien que así fuera, a cierta edad uno se ha ganado el derecho a hacer las cosas de una manera determinada. 
Si hay una canción para ellos es el My Way que inmortalizó Frank Sinatra. Pero mejor aún en la voz del gran actor inglés Christopher Lee, el mítico Drácula. En una versión hecha... a su manera.

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