un mono con un látigo

Un momento álgido de la película de 1968 El planeta de los simios (protagonizada por mi admirado Charlton Heston, gran actor, mejor persona y emblemático pecholobo) que nos presenta una civilización en la que los simios han evolucionado hasta sojuzgar a los humanos. Un clásico de la ciencia ficción, ampliamente conocida. Ahora bien, aunque la he calificado de obra de ficción…  ¿Y si fuera una advertencia? Nada más lejos de la intención de este blog (motivado, impelido siempre por la vocación de servicio público) que llamar al pánico a la población, ¡pero estamos en peligro! ¡Algo terrible está en marcha! Los monos se disponen a esclavizarnos, y hay muchas señales que nos alertaban de ello: 

Es evidente para quien sepa interpretarlo, que existe un patrón musical presente en multitud de canciones que nos avisa de nuestro funesto destino. Lo encontramos en la obra de artistas como Chuck Berry, que denuncia el peligro en su clásico Too much Monkey Business. Pero existen otras canciones, como Todo el mundo tiene algo que ocultar excepto mi mono y yo, obra de John Lennon, incluida en el álbum blanco de los Beatles, que delatan a su autor. Que Lennon no era trigo limpio es algo que todos sospechábamos, pero esta canción concreta demuestra estar en el ajo, claramente comprometido en un intento de encubrir el complot. No somos la clase de personas que se apuntan alegremente a la primera teoría de la conspiración que se les presenta pero ¿no es cierto que John Lennon fue investigado por el FBI por organizar la quinta columna de una revolución simiesca? ¿Parece una idea disparatada? Tal vez ¿Completamente delirante? Sin duda. Pero analicemos otras pruebas. 

Pienso que soy tan educado y civilizado, porque soy un vegetariano estricto y con la superpoblación, la inflación, el hambre y los políticos locos ya no me siento seguro en este mundo. No quiero morir en una guerra nuclear. Ajá! La advertencia sobre nuestro futuro que nos hace Ray Davis de los Kinks, en éste tema Apeman (hombre simio) no puede ser más explícita. Dibuja un panorama postapocaliptico dominado por los monos que es calcado al de la mencionada El planeta de los simios. Pero animo a esas personas que aún sean escépticas a que investiguen y profundicen en el tema. Descubrirán que infinidad de artistas están comprometidos en la denuncia de esta terrorífica amenaza. 

  La evolución está obsoleta! Tienes que bailar como un mono, bailar como un mono chaval! Patea con las manos y aplaude con los pies. Tienes que bailar como un mono, bailar como un mono! Eso dice la espeluznante letra de Dance Like a Monkey de Los New York Dolls, que augura, una vez más, el destino de una humanidad condenada a bailar al son de sus amos primates. Pero como digo, es realmente abrumadora la extensión de esta advertencia camuflada en la obra de artistas como Los Rolling Stones, Los Beasti Boys, Janes Addiction, Aerosmith, Bob Dylan, Foo Fighters, Elvis Presley… Un listado interminable de gente que nos ha estado advirtiendo del peligro. Sin mencionar a grupos como los Monkees, los Artik Monkeys o ejemplos tan pedestres como el del baile del gorila de Melody… Por desgracia, ¡ya es demasiado tarde! 

Vamos mono vamos! Así jalean los insensatos de DEVO, en esta canción creada expresamente para la serie de animación Las supernenas, a la viciosa y maligna criatura de  cola prensil Mojo Jojo, el gorilesco archienemigo de las simpáticas súper heroínas. Es una de las pocas ocasiones en las que hemos visto representados a estos engendros bajo su verdadera apariencia. Por desgracia décadas de una propaganda suicida protagonizada por elementos tan sospechosos como la mona cheeta, Donkey Kong, el mono Amelio, Copito de Nieve o Bubbles el chimpancé mascota de Michael Jackson, han blanqueado la reputación de estas bestias sedientas de sangre y nos han dejado indefensos. ¿Sucumbirá la humanidad a esta nueva amenaza?, nadie lo sabe, pero probablemente sí. Me despido con una última evidencia, la siguiente canción en la que dice Johnny Nash 

El amor no es nada más que un mono en tu espalda. Y podría añadir: Un mono con un látigo.