cine quinqui
Cine de marginados, de delincuentes, de bandoleros urbanos. En definitiva y esa es la etiqueta global, cine Quinqui. Un fenómeno que se ha querido desechar del imaginario colectivo, probablemente por ser el reverso incómodo de esos años de la transición española que van desde finales de los 70 hasta bien entrados los 80, y por ser también la antítesis de la movida, mucho más respaldada y patrocinada por las instituciones culturales del momento.
En cuanto al origen del término quinqui, es la reducción de la palabra quincallero, una persona que fabrica o vende productos metálicos de poca calidad, en definitiva: quincalla,con la que tradicionalmente traficaban vagabundos, gente de baja estracción dedicada al robo y vendedores ambulantes, particularmente de la etnia merchera, a la que pertenece el protoquinqui por antonomasia, El Lute.
Películas que constituyen un documento imprescindible de una época, y que alcanzaron gran popularidad, como lo hicieron también sus bandas sonoras, ampliamente irradiadas desde las gasolineras de toda España en formato caset. Esta corriente, inevitablemente asociada a la rumba flamenca, estuvo sin embargo, ligada a otros estilos:
Estos son Burning con “Es decisión” perteneciente a la banda sonora de una de las películas punteras del género: Navajeros de Eloy de la Iglesia. Como se ve rock and roll de manual. Que conecta además con otra categoría de kinki, por su referencia a Ray Davis de los Kinks. En fin, la variedad musical del género es amplia, y va desde el funk y el disco más pedestre con grupos como los New Trolls, que era un conjunto italiano que clonaba los modos discotequeros de los Bee Gees, hasta un cantautor al uso como Patxi Andión que puso música a otro hito del género: La estanquera de Vallecas. Canción protesta, rock, funk, flamenco y por supuesto rumba. Pero también rumba catalana como la del gran Gato Pérez incluida también en la banda sonora de Navajeros:
Era una noche de pena y de llanto
Puesto que todo condujo al fracaso
iban los primos y los hermanos
iban a chorar y los delataron
esta es la historia de Juan castillo
con el chivato que fue a pucabar
tuvo un amor le quitaron la vida
y así los barba pudieron ajar
pero a uno de ellos le chitaron masti
y a los tirados otros a jarchar
pero con lagrimas en los ojos
solo me veo y sin caridad
tu fuiste el que lo mataste
si y ya no puedo negarlo
lo mate en aquel momento
al no poder controlarme
ahora me encuentro metido entre rejas
y con mis niños solos en la calle
virgen bendita de la Macarena
apiádate de ellos que no son culpables
en un momento de locura
perdí la noción del tiempo
madrecita de mi vida
yo con 30 años encima
aquí quedara mi cuerpo
La historia de Juan Castillo. Los Chichos.
Sin duda son los Chichos, junto con los chunguitos quienes mejor rentabilizan el género, poniendo música a éste mundo de atracos a mano armada, de persecuciones en 124, de jóvenes condenados. Y quienes además ilustran en carne propia otra de las lacras del momento, la de una generación diezmada por la heroína.
Comentarios
Publicar un comentario