sesame street vs barrio sésamo




La entrada de hoy versará sobre el clásico programa infantil Barrio Sésamo, o en su denominación americana Sesame Street. Y para empezar a ilustrarla, nada mejor que este video en el que con su groove incomparable Stevie Wonder canta la melodía de entrada del famoso programa. En España, la calle Sésamo, que fue ampliada por generosos especuladores inmobiliarios hasta abarcar todo un barrio, incorporó también personajes de otra creación gemela, The Muppets, conocidos aquí como Los teleñecos : 



Pero las comparaciones entre ambos programas, el original americano obra (tanto Sesame Street como The Muppets) del titiritero estadunidense Jim Henson y su imitación española, van más allá de recalificaciones y burbujas inmobiliarias, que como vemos ya descollaban en los años 70.




En su franquicia española Barrio Sésamo era un vehículo de propaganda subliminal dirigido a la infancia de una sociedad retrógrada que a duras penas había abandonado la autarquía. Era un verdadero programa de adoctrinamiento, repleto de nostalgia por un paternalismo autoritario, con figuras despóticas como Chema el panadero, o Don Pimpón, encarnación jesuítica y clara representación del pensamiento escolástico medieval. Estos arquetipos del absolutismo ilustrado, asociados a la figura de Espinete -un evidente símbolo de auto negación y pesimismo Schopenhaueriano- moldearon las mentes conformistas de toda una generación. En antena hasta el año 88, durante casi 300 episodios barrio sésamo instruyó a los niños en geometría, aritmética básica y obediencia debida. Por el contrario su homólogo americano, como acredita por ejemplo, un episodio especial de 1979 con la aparición de Harry Belafonte se movía en otras coordenadas:




Aquí, es evidente, ya estamos en una órbita completamente distinta, en una  tradición derivada de un republicanismo de origen Roussoniano, con elementos de la tradición anarquista y de desobediencia civil característicos de la dialectica de David Thoreau formulada en su libro Walden. Se podrían traer a colación  un sinnumero de ejemplos y resonancias similares,   patentes en las colaboraciones de otros personajes ilustres como Michael Jackson, Elton John, Ray Charles, Alice Cooper  o Prince. Una vez más es paradójico ver como en el año 1982 mientras otro país estaba a una década  de alcanzar el cenit de su influencia musical con La Macarena, alguien como Johnny Cash participaba en un programa denominado infantil:



Con los años, las mentes tras The Muppets han ido articulado un discurso posmoderno que integra elementos tan dispares como la teoría de la comunicación de Marshall MacLuhan con ecos de la sociedad del espectáculo de Guy Debord y demás ensayística situacionista. Pero como se suele, decir para muestra un botón: Invitamos a examinar detalladamente este otro ejemplo, la rana Gustavo interpretando Once in a Life Time de Talking Heads, en cuya letra manifiesta que cualquier día puedes encontrarte viviendo en un apartamento, en cualquier lugar del mundo, al volante de un automóvil, o en una hermosa casa, con una hermosa mujer y preguntarte –Pero bueno... ¿Cómo llegué yo aquí? En definitiva un torpedo en la línea de flotación del determinismo social:


Para concluir, simplemente subrayar el contraste entre la versión castiza de Barrio Sésamo que conocemos en España, anclado a un discurso milenarista y de ontologías caducas, y el original americano que en su singularidad ha llegado a vertebrar la modernidad en aspectos tan relevantes hoy en día como el discurso de género o la teoría Queer. Como ilustra la canción con la que termino mi disertación. La rana Gustavo  cantando, esta vez junto a Debbie Harry de Blondie,  “Rainbow Connections”:




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